TOXINA BOTULÍNICA

Toxina Botulínica

La toxina botulínica (Bótox)  reduce temporalmente la contracción de los músculos faciales, para hacer que la piel se vuelva tersa y tonificada, corrigiendo las arrugas y previniendo su desarrollo. Las inyecciones de toxina botulínica debilitan y paralizan ciertos músculos y bloquean ciertos nervios.

¿En qué consiste la Toxina Botulínica?

La toxina botulínica se aplica mediante una serie de microinyecciones en aquellas zonas del cuerpo que queremos tratar. El tratamiento es indoloro, dura unos 15 minutos y se actúa en determinados grupos musculares, según las necesidades del paciente.

Es principalmente aplicada para la mitad superior (Tercio superior) del rostro, pero se puede utilizar en todo el rostro.

Las zonas más comunes son:

  • el entrecejo
  • las patas de gallo
  • la frente
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Antes y después del tratamiento

La toxina botulínica debe ser administrada por médicos con experiencia para lograr una buena evaluación. En la evalución el paciente gesticula, levanta las cejas, frunce el ceño, pone cara de enfado o sonríe fuerte. Esto permite identificar las arrugas de expresión y concretar sobre qué puntos se aplica la toxina.

 

Para que la toxina botulínica penetre correctamente en los tejidos, es importante tomar ciertas precauciones en los días previos al tratamiento. Los pacientes no deben tomar ningún medicamento o suplemento nutricional que afecte la coagulación de la sangre, como vitamina E o ajo. Tampoco se recomienda el uso de medicamentos antiagregantes o beber alcohol.

 

Después del tratamiento, es importante seguir las siguientes indicaciones:

  • No tumbarse hasta pasadas 4 horas
  • Durante las primeras 24h:
    • no hacer ejercicio
    • no tomar el sol, ni rayos UVA
    • no realizar baños de sauna
    • no hacerse masajes faciales
    • No poner la cabeza boca a bajo

Cuatro meses después de aplicarla, la toxina botulínica o bótox empezará a perder efecto, y a los 6 meses ya será prácticamente inexistente. por lo que tendremos que aplicar de nuevo el tratamiento entre los 4 y 6 meses.

 

Las pacientes embarazadas o en período de lactancia no pueden someterse a un tratamiento de toxina botulínica.

 

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