Se trata de una cirugía subcutánea sin incisión, mediante la que se consigue liberar el tejido fibrótico encargado de unir la dermis profunda con el tejido subcutáneo, permitiendo así dar volumen en zonas deprimidas localizadas como pozos de celulitis o cicatrices por acné.
Es un proceso creado con el fin de combatir, de manera muy eficaz, las cicatrices atróficas.
EN QUÉ CONSISTE LA SUBCISIÓN
En primer lugar, se romperán, con una aguja en forma de bisturí, las fibras de colágeno o depresiones. Lo que da paso a la neoformación de tejido. Al activarse los factores de coagulación, el fibrinógeno del plasma se transforma en fibrina. Es entonces, cuando el tejido de granulación que penetra en la fibrina se sustituye por un tejido fibroso vascularizado, que se expande y se eleva logrando corregir las zonas tratadas.
El número de sesiones varía en función de cada paciente y de la cantidad de zonas a tratar. De cualquier modo, las sesiones se deben realizar semanalmente.
Es un tratamiento que no requiere hospitalización y que se realiza de forma ambulatoria. La recuperación es, relativamente rápida, y los resultados son definitivos.
Está principalmente indicado para personas que presentan celulitis, cicatrices por acné, cicatrices por cesárea, por apendicetomía y lipectomía.
ANTES Y DESPUÉS DE LA SUBCISIÓN
Nuestro equipo de expertos IEMEC se encargará de evaluar tu caso de manera personalizada, para establecer las zonas que deben recibir el tratamiento, y garantizarte los mejores resultados posibles.
Antes del tratamiento se debe realizar una analítica previa y tomar una profilaxis antibiótica, antiinflamatoria y relajante, siguiendo las indicaciones de nuestro equipo médico.
Cada sesión dura unos 45 minutos y según las necesidades concretas de cada caso, se establecerá el número de sesiones necesario, siempre realizados semanalmente.
Se administrará anestesia local en las zonas a tratar y se realizarán una serie de pequeñas incisiones de unos 2mm, que posteriormente se cerrarán si se considera necesario.
La recuperación después de recibir el tratamiento varía dependiendo de la intensidad de este, y oscila entre una y 2 semanas. Lo que se traduce en una recuperación bastante rápida, si tenemos en cuenta que los resultados obtenidos son permanentes.
Los resultados finales serán visibles transcurrido un mes después de la sesión.
Después de recibir el tratamiento pueden aparecer hinchazón, hematomas y dolor, que irán desapareciendo de manera progresiva con el paso de los días.